Un risotto de zanahoria es una de esas recetas sencillas que apetece cocinar cuando fuera todo está resultando especialmente duro y diferente.
En estos momentos, en los que no debemos salir a comprar tan a menudo como estamos acostumbrados recetas con pocos ingredientes y sanos son nuestras mejores aliadas.
Te confieso que yo soy una enamorada del arroz en general. Casi puedo afirmar que es mi plato favorito.
Si tengo que elegir un plato, casi siempre elijo tomar arroz. Me gusta en todas sus versiones. Desde la más simple receta con arroz cocido como pilaf, a modo de acompañamiento pasando por arroces más elaborados, como un arroz caldero murciano, el arroz negro, la paella y por supuesto en risotto.
Por suerte en casa somos de mucho arroz, menos mal. Nos gusta como te decía de todas las maneras pero una de las mejoras maneras de disfrutarlo es en risotto.
Esta popular receta italiana me gusta sobre todo por su versatilidad. Combina a la perfección con todo tipo de ingredientes: verduras, carne y pescado.
Su base es un buen arroz, de grano redondo, a ser posible variedad carnaroli o arboreo y un buen caldo caliente, añadido poco a poco para que el arroz vaya absorbiendo sabores y soltando al tiempo su almidón que le aportará un extra de cremosidad al guiso.
Sin duda, la clave para conseguir la textura cremosa clásica de este plato internacional es añadirle, cuando haya terminado la cocción, mantequilla. Este “mantecar” es fundamental en un risotto.
El risotto, la forma más habitual de preparar el riso para un italiano, llegó a nuestras cocinas para quedarse ya hace un tiempo.
Al principio competía con la paella, porque parecía fácil, pero tiene sus trucos, como todo tener la textura cremosa que caracteriza a este plato.
Uno de los más afamados por su sabor es el risotto de setas, que os aconsejo en temporada. Acompañado de una buenas setas es un sencillo manjar o más original el risotto de calabaza que os aseguro esta riquísimo.
Lo mejor de esta receta es que un risotto se puede hacer de cualquier cosa como esta receta de risotto con zanahoria, tan fresca y sana.
Por lo tanto, puede ser también una receta de aprovechamiento o de lo que pilles más a mano, siempre respetando sus elementos básicos: caldo, arroz con carga de almidón y mantequilla.
Este delicioso y típico plato italiano es fácil de elaborar siempre y cuando respetemos sus trucos.
Se ha hecho muy popular en nuestro país por su sencillez. ‘Si quieres, puedes’ me decían en mi casa y suelo aplicarlo en la cocina siempre.
Por eso, si a tu determinación de hacer un risotto, añades paciencia y tiempo, ya tienes la mitad de la tarea conseguida.
Un risotto de zanahoria como de cualquier otro tipo, necesita que estés pendiente de él. Por lo tanto, desecha la idea de que se vaya haciendo sólo mientras tú dedicas tiempo a otra cosa. No es posible si no quieres que se arruine la receta.
La razón fundamental es que su textura cremosa se consigue removiendo constantemente, sin desviar la mirada y controlando el mantecado final, no hay mayor secreto.
Receta fácil de risotto con zanahoria y azafrán
Como te comenté hacer risotto verduras es tan fácil si seguimos algunas premisas que no debemos perdernos esta receta tan sana si dejas de lado el delicioso parmesano.
Comienza poniendo al fuego el caldo para que vaya calentando. No debe hervir nunca.
Mientras, comienza pelando y picando una cebolla bien fina.
Lava, pela y corta las zanahorias en daditos pequeños. Reserva.
Para elaborar un buen risotto, hay que comenzar por un buen sofrito con cebolla dulce y ajo bien picado en sartén o cacerola bien amplia con un buen aceite de oliva virgen extra.
En una cacerola amplia y alta, así no tendrás problemas al remover tu risotto, vierte un chorrito de aceite de oliva y derrite en él mantequilla.
Cuando esté derretida agrega la cebolla y ajo picados. Sofríe a fuego suave hasta que quede bien transparente.
Es el momento de añadir la zanahoria picada y sofreír hasta que quede blandita, pero no deshecha.
Añade medio vasito de vino blanco de calidad y sube ahora el fuego para que se evapore el alcohol. Agrega el arroz y sofríe unos segundos.
Cuando el arroz alcance un punto bien brillante y nacarado, añade un cazo de caldo caliente.
De este modo, llévalo a ebullición y cuando comienza a hervir mantén el fuego medio.
Llega ahora el momento de tener paciencia. Remueve constantemente tu risotto y con cuidado de no romper el grano.
Cuando se vaya evaporando el caldo ve añadiendo un par de cazos más.
El secreto es ir añadiendo el caldo poco a poco según se va evaporando.
Aparte en un bol añade unas hebras de azafrán y un poco de caldo caliente. Deja reposar y que infusione, todo su aroma.
Cuando creas que el arroz está casi listo, tras unos 15-17 minutos incorpora el vasito de caldo con el azafrán. Remueve e incorpora el queso si te apetece y una pizca de mantequilla.
Deja reposar el risotto con zanahoria unos minutos.
Sirve tu risotto con algún extra de queso parmesano, aunque yo me he abstenido en esta ocasión y decidí poner unas hebras de azafrán y alguna hierba fresca.
Una forma especial y sana de disfrutar del arroz.
Te dejo aquí algunos consejos para lograr un risotto perfecto.
Es conveniente esperar al risotto y no que el risotto te espera a ti o a la familia. En tal caso se convertirá en una masa compacta poco agradable.
Personalmente, no me gusta añadir demasiada sal. Ten en cuenta que el queso salará un poco y es mejor rectificar al final.
Un buen caldo casero de pollo o verdura hará de tu risotto algo especial.
Emplea una cacerola con altura suficiente para que no tengas problemas cuando remuevas tu risotto.
Agrega una ración extra de parmesano si te encanta, ¿Por qué no?
En cualquier caso es un placer disfrutar de un natural y casero risotto de zanahoria. Sólo añade algún aperitivo sencillo; unas olivas o anchoas mientras acaba de hacerse, serán perfectas.
En cuanto al vino, un blanco o rosado irá perfecto.
- 135 gr. arroz grano redondo ( carnaroli o arborio)
- 1 cebolla dulce mediana
- 40 gr. mantequilla
- 3- 5 hebras azafrán
- 2 zanahorias medianas
- 3-4 cucharadas de aceite oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra
- queso parmesano rallado
- caldo ave o verdura (500 ml)
- medio vasito vino blanco
- Comienza poniendo al fuego el caldo para que vaya calentando. No debe hervir nunca.
- Mientras comienza pelando y picando una cebolla bien fina. Pela y lava las zanahorias y córtalas también en daditos pequeños. Reserva.
- Para elaborar un buen risotto, hay que comenzar por un buen sofrito con cebolla dulce y ajo bien picado en sartén o cacerola bien amplia, con un buen aceite de oliva virgen extra.
- En una cacerola amplia y alta, así no tendrás problemas al remover tu risotto, vierte un chorrito de aceite de oliva y derrite en el mantequilla.
- Cuando esté derretida agrega la cebolla y ajo picados. Sofríe a fuego suave hasta que quede bien transparente.
- Es el momento de añadir la zanahoria picada y sofreír hasta que quede blandita, pero no deshecha.
- Añade medio vasito de vino blanco de calidad. Sube ahora el fuego para que se evapore el alcohol y añade el arroz. Sofríe unos segundos.
- Cuando el arroz alcance un punto bien brillante y nacarado, añade un cazo de caldo caliente.
- De este modo, llévalo a ebullición y cuando comienza a hervir mantén el fuego medio.
- Llega ahora el momento de tener paciencia. Remueve constantemente tu risotto, con cuidado de no romper el grano.
- Cuando se vaya evaporando el caldo, ve añadiendo un par de cazos más.
- El secreto no es más que ir añadiendo el caldo poco a poco según se va evaporando.
- Aparte en un bol añade unas hebras de azafrán y un poco de caldo caliente. Deja reposar y que infusione, todo su aroma.
- Cuando creas que el arroz está casi listo, tras unos 15-17 minutos, incorpora el vasito de caldo con el azafrán. Remueve e incorpora el queso si te apetece y una pizca de mantequilla.
- Deja reposar el risotto con zanahoria unos minutos.
Deja una respuesta