Tarta de galletas y chocolate

Esta  tarta de galletas y  chocolate  es la tarta que más me recuerda mi niñez, sin duda.

Cada vez que llegaba mi cumpleaños o el de mis hermanos mi abuela o mi madre nos hacían esta tarta.

Esta tarta de galleta y chocolate  sin horno es  un juego de niños;  aunque tiene, eso sí, un potente sabor a chocolate.

No recuerdo haber ido a una pastelería a comprar una tarta para un cumpleaños o celebración familiar hasta mucho tiempo después.

Siempre pensé que sería por una cuestión económica. Sin embargo, hoy soy de la opinión de que ésta tarta tradicional, sencilla, sin horneado es perfecta para un cumpleaños infantil  y más en meses muy calurosos.

Y  claro está  cómo mi cumpleaños es en Julio, pues a mi madre le venía perfecta. Bromas aparte la tarta es la tradicional de todas las casas. En la mía a veces con una capa de natillas.

Pero es que cuando ha ido pasando el tiempo he comprobado que los niños cuando celebran sus cumpleaños o los de sus amigos, raramente toman tarta.

No ocurre así con esta tarta, que resulta perfecta para preparar con niños y que les encanta.

Una vez listo el relleno sólo hay que ir montando galleta a galleta como si fuera una torre. Un juego de niños, ¡Creédme!

Al ser tan sencilla, seguramente más de uno ha hecho en casa su particular tarta de galletas y chocolate.

Por lo tanto, es difícil encontrar dos tartas iguales. Esta es la mía, la de mi casa.

Sus ingredientes son tan básicos que están al alcance de todos en la cocina. Por eso, podréis hacerla en un momento, en una tarde de sábado o esas tardes tontorronas de septiembre de lluvia o tormenta.

Nada hay más divertido que ir a la cocina cuando tienes tiempo y ganas de saborear algo delicioso e intenso con los tuyos.

 

Y es que en lo que a postres se refiere el chocolate es imbatible.

¿A quién no le gusta? Personalmente me encanta, sobre todo el chocolate negro, intenso, casi amargo. Es mi preferido.

Realmente tenía un poco olvidada esta tarta de chocolate ¡taaan rica! ya que en casa últimamente hemos disfrutado de  un buen tiramisú, que también os recomiendo o una mousse chocolate fácil o, si sois muy fans del chocolate blanco, nada mejor que unas tartaletas caseras de chocolate blanco acompañadas de cerezas. Sublimes.

Si es que el chocolate es un placer de dioses. Las noticias más antiguas sobre su consumo y preparación hablan de mezcla de semillas de ceiba y cacao, y de árboles de gran altura.

El chocolate se elabora con el fruto del árbol del cacao, que contiene hasta 50 granos envueltos en una pulpa blanca y viscosa. Esto es el cacao y sólo una vez procesado mediante fermentación y secado, las semillas exhalan su intenso y característico aroma.

Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XX cuando se llega a un método de procesado completo de nuestro delicioso grano de cacao.

Al parecer fue un holandés, Van Houten, quien lo prensó, lo trituró, separandolo además, de la manteca de cacao.

Este proceso novedoso hizo que el cacao se extendiera por toda Europa.

 

Un buen chocolate tiene algo único y especial que hace que nos sintamos culpables cuando lo tomamos.

Su olor es más que peculiar, incluso penetrante. Se huele allí donde esté, se te mete en la nariz y yo diría que hasta en los poros de la piel. Amargo o dulce, muy pocos nos resistimos  a su sabor.

Además lo asociamos a momentos placenteros de nuestra existencia porque no sólo se come, puede envolvernos la piel, alegra nuestra vista con su brillo y nos provoca una sonrisa sólo con pensar en él ¿O no os pasa? ¡A mi, sii!

Sin embargo, este  placer irresistible tiene efectos más que positivos para nuestro organismo, nos estimula (alcaloides) y pone las pilas cuando lo necesitamos; tiene un alto poder antioxidante.

En general podemos deleitarnos con el chocolate  en la preparación de recetas saladas y dulces también se usa en cosmética corporal, cremas, jabones..

Es muy conveniente que sepamos que la cantidad recomendada por los expertos para un adulto es una onza al día. Si es negro o con mayor contenido de caco aún mejor, y mejores sus propiedades y beneficios.

Por lo tanto, debemos mantener nuestra conciencia tranquila y  darnos un capricho pequeño que seguramente nos merecemos.

En casa, en familia también nos agradecerán que en nada de tiempo tengamos un postre tradicional, casero, sin horno y facilísimo.

 

Cómo hacer tarta de galletas y chocolate casera

Esta  tarta de galletas y chocolate es muy sencilla de elaborar.  Sólo tendréis que tener algunos y básicos ingredientes a mano.  Segurísimo  que en vuestra nevera o despensa hay de casi todos.

Quizá tengáis que comprar la tableta de chocolate porque vuela, pero el resto, seguro que si.

Empezamos por derretir el chocolate. Podéis hacerlo en microondas a intervalos cortos de 30 segundos o hacerlo tradicionalmente al Baño María.

Una vez derretido, añadimos una pizca de sal marina y apartamos.

Aparte, separamos las yemas y claras.

Debemos montar las claras a punto de nieve , hasta que formen picos fuertes (Preferible con varillas eléctricas u os dejareis los brazos en el intento).

Ahora batimos la mantequilla, que estará a temperatura ambiente junto al azúcar. Debemos obtener una mezcla homogénea. Entonces, añadiremos las yemas que antes habíamos separado.

Mezclar hasta integrar por completo. Verter el chocolate ahora que habrá perdido temperatura.

Con las varillas mezclamos hasta conseguir una mezcla. Una vez mezclado  es el momento de incorporar las claras.

Nos ayudamos con una lengua y los movimientos deben ser suaves y envolventes para evitar que bajen lo menos posible.

Seguidamente, montamos la tarta…

Mezclamos la leche junto a cualquier licor que os guste (ojo, si va a ser consumida por niños) y bañamos  las galletas en la leche. Lo hacemos de forma rápida evitando que la galleta se deshaga.

Hacemos una base de galletas en un molde rectangular (He utilizado un molde cerámico de pyrex de 18x 11x 7)  que habremos forrado de papel vegetal.

Y vamos formando capas, empezando por galleta y terminando por galleta.

Si quedan huecos los rellenamos con galletas.

Después la llevamos a la nevera durante unas 3 horas.

Antes de servir preparamos la cobertura (leche,  mantequilla y chocolate) a fuego medio hasta que este diluido completamente.

Desmoldar. Si es preciso ayudaos de un cuchillo. Voltear el molde y poner en un plato. El papel vegetal se desprenderá fácilmente.

Sólo queda verter la cobertura de chocolate o ganache sobre nuestra tarta de forma muy rústica y adornar.

Suelo poner avellanas troceadas. Me gusta ese toque crujiente que  aportan  y que también va con el chocolate. Pura delicia.

Espero que os animéis a hacerla ya.