Una deliciosa mermelada de naranja y jengibre es una receta que no podía dejar de tener en mi recetario.
Como soy una enamorada de las naranjas cuando llega esta época del año aprovecho para elaborar y tener siempre a punto una mermelada casera tan rica.
Se trata de una mermelada “ homemade” con un sabor tan especial que , sin duda, te gustará.
Las confituras de frutas forman parte importante de nuestros desayunos desde siempre y aunque yo soy más de salado que de dulce por la mañana, cuando llega el fin de semana me gusta tenerla siempre a mano.
Mermeladas hay muchísimas, dulces y saladas como la confitura de tomate , que te recomiendo porque es riquísima o una especialisisma receta de mermelada de caqui, exquisita. Unas te gustarán más que otras pero son todas muy apetecibles.
Una mermelada casera es bien fácil de preparar. Sólo debemos mezclar fruta o alguna verdura, azúcar, limón y agua.
Así de sencillo y con tan escasos ingredientes tenemos un producto maravilloso, que endulzará no sólo tus desayunos y meriendas sino que servirá de perfecto acompañamiento para un buen plato de carne, queso o será un relleno perfecto.
Su ingrediente principal, la naranja, debe de estar en su punto justo.
Normalmente tenemos la idea de que una mermelada de naranja puede estar amarga, pero sólo en el caso de que la variedad de naranja lo sea.
Si la mermelada es elaborada con naranjas de mesa normales, su sabor y dulzor te van a encantar.
Suelo hacer siempre la misma receta, heredada de mi abuela, que es la misma que sigue casi todo el mundo, supongo, pero a la que he añadido un toque de jengibre, que me encanta.
Aún hoy cuando voy a hacer mi propia mermelada la recuerdo en la cocina delante de la olla, que sólo utilizaba para esta elaboración, eso era sagrado, aunque nunca me dio una razón demasiado convincente.
Era una forma de dar salida a una gran cantidad de naranja que siempre había por casa en torno a Noviembre- Diciembre.
Se trata de una naranja natural que proviene de las huertas del Valle del Guadalquivir, de Palma del Río y que además de su suave sabor y dulzor provienen de productores locales.
Puede parecer una combinación un tanto rara pero el jengibre le da ese toque tan especial sin restar en nada al dulzor que debe tener una confitura como es la mermelada.
Una buena jalea de frutas de diferentes sabores y texturas es un capricho no sólo de desayuno o merienda sino también de disfrutar de un momento único en torno a la mesa.
A lo largo de la historia una deliciosa mermelada ha sido apreciada por su fruta natural y azúcar aunque, poco a poco han ido incorporándose técnicas nuevas y sabores sorprendentes.
Respecto al origen de la mermelada, muchos son los países que reclaman su autoría.
Entre ellos, los británicos, quienes tienen una gran cultura de mermelada y quienes se atribuyen su invención allá en tiempos de María Estuardo para la que su médico mezclaba naranjas y azúcar para aliviar sus mareos.
Otros simplemente entienden la palabra mermelada como proveniente del latín “melimelum” o portugués “marmelo”.
En cualquier caso, en la mermelada el elemento absolutamente imprescindible es el azúcar.
El azúcar no siempre fue un alimento al alcance de todos. Introducido por los árabes en Europa, su influencia en nuestros hábitos alimenticios y en la economía son una historia más que interesante.
Además el azúcar junto con la sal, el frío y el secado de alimentos ha cumplido una función básica que es la de conservar los alimentos.
Un lujo, el azúcar, al alcance de muy pocos al principio que, poco a poco ,llegó a toda la población hasta convertirse en una necesidad en nuestra vida diaria.
Sin embargo hoy contamos con otras alternativas además del azúcar refinado para elaborar nuestras confituras o mermeladas.
Hay que tener en cuenta que la consistencia de algunas de nuestras confituras y por supuesto, de la jalea, está relacionada con el contenido en ácido y pectina de las frutas que vayamos a usar.
En otras palabras, la mayor o menor cantidad de azúcar que se puede añadir a una mermelada es directamente proporcional al contenido en pectina de la fruta de la que se trate.
Por eso, la manzana y el membrillo tiene un alto nivel de pectina proveniente de sus pieles y semillas y son las que yo he utilizado para elaborar mi pectina natural.
La pectina es una fibra presente de manera natural en la fruta y funciona como un espesante natural.
Si la añadimos a una mermelada casera conseguimos espesarla sin necesidad de una cocción larga o añadir tanta cantidad de azúcar. Además las mermeladas adquieren textura y sabor más fresco y natural.
Normalmente se combina con un ácido, el limón, que la hace reaccionar espesándola.
Esta pectina podéis hacerla natural como he hecho yo o comprarla en polvo en farmacia como hacemos con el agua de azahar o el cuajo y también online.
Cómo hacer mermelada de naranja
Como os he comentado es una receta muy sencilla que no precisa más que tiempo y mimo, poco más.
Debemos empezar pesando nuestra fruta, ya lavada.
Hay que hacer un cálculo de la cantidad de azúcar, que más o menos viene a ser entre 800 y 1000 grs por kilo de fruta para las frutas más ácidas (Grosellas, limón, frambuesas, naranja amarga) y 500 y 700 grs por kilo de fruta para las menos ácidas o con menos pectina.
Seguidamente quitamos la piel con un rallador a las naranjas, evitando cortar la parte blanca porque amargará.
Reservar las pieles de 3 o 4 naranjas que luego cortaremos en tiras muy finas.
En un cazo con agua pondremos las pieles junto a la piel del limón y las coceremos durante 10 minutos. Pasados 10 minutos, escurrimos y volvemos a añadir agua y hervimos otros 10 minutos.
Así evitaremos que las pieles amarguen.
Retiramos toda la parte blanca a las naranjas. Si es muy gruesa la quitaremos también, sacando los gajos y los despepitamos. Si la piel es fina solo cortar la naranja.
En una cacerola de boca ancha y no muy alta introducimos la naranja, jengibre rallado fresco, azúcar y zumo de limón.
Debemos ir removiendo de vez en cuando y a fuego bajo. Cocer por espacio de 35-45 minutos.
Añadimos las pieles de naranja y limón y mantenemos la ebullición durante 15 minutos más.
La consistencia debe ser semilíquida a espesa. Añadir la pectina si lo veis necesario.
Una vez conseguida la consistencia, la introducimos hirviente en nuestros botes de mermelada.
En cuanto al esterilizado; debemos hervirlos con agua a media altura y poner en el fondo un paño para evitar que se rompan.
Tapamos nuestros botes y los ponemos boca abajo para hacer el vacío. Mantener así 24 horas para que se haga el vacío.
Una vez abierto el tarro debe mantenerse en en frío.
Debemos ir controlando la cocción y no dejar que quede excesivamente espesa. No olvidar que cuando enfríe irá espesando.
Algún truco más ….
Es preferible preparar pequeñas cantidades de mermelada con las frutas o cada pocos días que cantidades enormes.
El punto será mucho mejor ya que la fruta no se cocina demasiado.
Sólo queda saborear nuestra fruta en compota e ir probando nuevos sabores.
Os sugiero higo con limón, albaricoque con ron, tomate con zanahoria, deliciosas y sorprendentes todas ellas.
Es además un regalo sorprendente y delicioso que familia y amigos en estas fiestas navideñas apreciaran y valoraran como merece.
Resultan ideales como regalo ¿No os parece?
- 1 kilo de naranja dulce
- 1 limón
- 600-800 grs azucar moreno (blanca) panela.
- 800 ml agua
- pectina natural o polvo (farmacias)
- Debemos empezar pesando nuestra fruta, ya lavada.
- Hay que hacer un cálculo de la cantidad de azúcar, que más o menos viene a ser entre 800 y 1000 grs por kilo de fruta para las frutas más ácidas (Grosellas, limón, frambuesas, naranja amarga) y 500 y 700 grs por kilo de fruta para las menos ácidas o con menos pectina.
- Seguidamente quitamos la piel con un rallador a las naranjas, evitando cortar la parte blanca porque amargará.
- Reservar las pieles de 3 o 4 naranjas que luego cortaremos en tiras muy finas.
- En un cazo con agua pondremos las pieles junto a la piel del limón y las coceremos durante 10 minutos. Pasados 10 minutos, escurrimos y volvemos a añadir agua y hervimos otros 10 minutos.
- Así evitaremos que las pieles amarguen.
- Retiramos toda la parte blanca a las naranjas. Si es muy gruesa la quitaremos también, sacando los gajos y los despepitamos. Si la piel es fina solo cortar la naranja.
- En una cacerola de boca ancha y no muy alta introducimos la naranja, jengibre rallado fresco, azúcar y zumo de limón.
- Debemos ir removiendo de vez en cuando y a fuego bajo. Cocer por espacio de 35-45 minutos.
- Añadimos las pieles de naranja y limón y mantenemos la ebullición durante 15 minutos más.
- La consistencia debe ser semilíquida a espesa. Añadir la pectina si lo veis necesario.
- Una vez conseguida la consistencia, la introducimos hirviente en nuestros botes de mermelada.
UnLugarSingular
Qué rica esta mermelada y con este toque de jengibre muchísimo más.
Silvia Ramos
Gracias Carmen,
El jengibre es una de mis especias preferidas y a esta
mermelada le da una gracia especial.
Besos
Francisco Fernández
Qué maravilla!!
Me encanta Silvia, una receta deliciosa y unas fotos muy buenas.
CONGRATULATIONS
Silvia Ramos
Mil gracias Paco como siempre!
Paloma
Deliciosa tengo que hacerla si o si ! Impecable trabajo Sílvia como siempre . Tus recetas alegran el dia!
Silvia Ramos
Gracias Paloma
No sabes que ilusión que te decidas a hacerla.
Te encantará.
Gracias por tu amabilidad.