En pleno invierno una crema de verduras me parece una receta completa, especial y reconfortante.
Quizá no seas muy de cremas o purés, que no son lo mismo, pero si lo eres creo que esta crema de verduras será una opción ligera, saludable y muy nutritiva.
En cocina solemos elaborar una deliciosa crema por diversos motivos; unos, para alimentar niños o bebes. Suele ser una forma de alimentación cómoda, sencilla y muy rápida.
Además están cargadas de vitaminas si se recurre a las cremas caseras y no a las envasadas.
Otros, la inmensa mayoría, introducimos cremas en nuestra dieta para tener un primer plato más suave, ligero, caliente y que favorezca la pérdida de peso.
Cualquiera que sea tu motivación, tomar una crema de verduras variadas en época invernal es un placer y muchas veces el mejor remedio para un mal día.
Porque quién no siente ese abrazo amigo al llegar a casa, apoyando la espalda en la puerta, quizá durante sólo unos segundos, sintiendo ese calor de hogar para instante seguido pasar a la cocina y saborear algo delicioso y casero.
A veces el mejor remedio, como decía, para un día de frío terrible o un mal día es una rica comida. Al menos en mi caso.
Esta crema de verduras reconfortante se asemeja a lo que últimamente venimos llamando el “comfort food”.
“Comfort food” es un término anglosajón surgido en EEUU que alude a toda receta o comida con la que se establece un especial sentimiento de nostalgia, quizá porque fue elaborada por alguien especial para ti pero también muy fácil de preparar.
Es una comida que tiende a hacerte sentir mejor en momentos de tristeza o estrés o que te llevan a recordar la receta de tu abuela.
Muchos son los ejemplos de este tipo de comida como la crema de verduras de la abuela, purés de patatas o la clásica sopa de ajo.
Son platos caseros como esta crema de verduras, elaborados con productos de primera calidad sin hacer uso de complicadas técnicas.
Esta tendencia la de la cocina tradicional nos hace sentir como en casa. Nos conecta emocionalmente con rincones familiares de nuestra memoria.
Las cremas son una elección rápida y muy saludable de introducir verduras en nuestros menús diarios.
Son perfectas para consumir todo el año. Las frías nos hidratan y refrescan en verano y las cremas calientes nos reconfortan en los días más fríos.
En casa somos incondicionales de un buen gazpacho de sandía o de un tradicional salmorejo cordobés ,que os sugiero, aunque también del delicioso ajoblanco.
Servidos como aperitivo, primer plato o una simple cena, resultan extraordinarios.
Una crema en caliente o en frío no tiene excesiva complicación pero podemos pasarnos de líquido o bien espesarla en exceso.
En estos casos la deseada crema se convierte en sopa y/o puré.
Con ellas sólo debes tener en cuenta ciertos sencillos pasos como:
-no añadir demasiado agua a la olla donde se hiervan.
-sofreír las verduras con un buen aceite de oliva virgen, que potenciará su sabor y color.
– tritura en un recipiente adecuado.
Una buena crema de verduras al ser sus principales ingredientes vegetales y lácteos, te aportan fibra, minerales y muchas vitaminas.
Añádele una proteína, carne o pescado y se convertirá en un plato completo.
Los expertos aconsejan no cortar los trozos de hortalizas muy pequeños para conservar así más cantidad de nutrientes.
Si quieres cuidar de tu familia una buena crema de verduras es perfecta. Y vienen muy bien cuando tienes que recibir amigos o invitados.
Una crema o puré es una gran receta de aprovechamiento. Una cosa importante para mi es aprovechar bien la comida.
Lo considero un deber, aprendido de mis mayores.
A lo largo de la semana voy consumiendo gran cantidad de verduras y siempre va quedando un calabacín, una zanahoria, espinacas…
Sencillamente juntamos lo que queda y tendrás otro excelente plato que hará las delicias de toda la familia.
En este caso nos hemos inventado una crema de verduras deliciosa, aprovechando las verduras que tenía por casa.
Y es perfecta si tienes que dar de comer a muchos porque suele cundir muchísimo.
Si sigues una dieta o quieres perder peso se convierten en grandes aliadas.
Todas ellas son ligeras y saludables. Sólo tienes que prescindir de sus acompañamientos.
Probablemente habrá quién no pueda con las cremas. Su textura blanda y suave para unos deliciosa es una tortura para otros.
Ya desde muy pequeños algunos bebés se niegan a tomarlas y prefieren las sopas.
Sin embargo, a los que gustan las cremas, como yo nos parecen deliciosas y son la mejor manera de introducir la verdura en la dieta de los más pequeños. Lógicamente el ejemplo de los padres es lo mejor si éstos las toleran.
Como soy tan fan de una buena crema calentita aparte de la de verduras casera me encantan la crema de alcachofas y la de calabaza al curry con cilantro, receta con la que abrí este blog y que es de mis favoritas.
Te animo a que vayas cambiando de verduras y hortalizas probando con ellas distintas especias porque seguro que te sorprenden.
Cómo hacer crema de verduras casera
Para elaborar esta sencilla pero riquísima crema de verduras sólo debes tener verduras y hortalizas variadas.
Puedes comprarlas frescas o congeladas, que también son una buenísima opción.
Debes lavar y quitar las pieles de la verdura que las tenga. Refrescar el resto.
Hacer trozos grandes ya que los nutricionistas lo aconsejan para no perder demasiadas propiedades.
En una olla o cazuela amplia pones aceite de oliva virgen extra y añades picado cebolla y puerro.
El fuego medio-bajo para que se vayan dorando muy poco a poco.
Vas añadiendo en función de la dureza de la hortaliza. Añade por tanto, la zanahoria y una patata pequeña en este momento.
Corta el brécol en floretes y por último el calabacín y un diente de ajo.
Vas rehogando suavemente. Salpimienta.
Añade una pizca de cardamomo y nuez moscada rallada.
Ahora es el momento de añadir un buen caldo de verduras que las cubra lo justo. Recuerda que la verdura soltará agua.
Rectifica de sal si es necesario. Hervir por espacio de 15-20 minutos.
Tritura la crema y pasa por un chino si la quieres con una textura extra-suave.
Añade la salsa de yogur y cebollino.
Una salsa a base de lácteo que le va que ni pintada a esta crema y que aporta los beneficios del yogur y favorece la flora intestinal. Realmente deliciosa.
Salsa de yogur y cebollino
- Con un yogur natural (griego ligero o normal)
- Tallos de cebollino. Lavado y seco.
- 1 cucharada de lima
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave
- sal y pimienta.
- 2 cebollas pequeñas
- 1 diente de ajo
- 2 calabacines
- 4 zanahorias
- 2 puerros
- 300 grs de brecol
- 1 patata fresca
- 1 litro caldo verdura casero
- pizca de cardamomo
- nuez moscada rallada
- Para la salsa de yogur y cebollino ( opcional)
- 1 yogur (griego ligero o normal)
- tallos de cebollino
- zumo de ½ lima
- sal
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- pimienta negra
- Debes lavar y quitar las pieles de la verdura que las tenga. Refrescar el resto.
- Hacer trozos grandes ya que los nutricionistas lo aconsejan para no perder demasiadas propiedades.
- En una olla o cazuela amplia pones aceite de oliva virgen extra y añades picado cebolla y puerro.
- El fuego mantenlo medio-bajo para que se vayan dorando muy poco a poco.
- Ve añadiendo en función de la dureza de la hortaliza. Añade por tanto, la zanahoria y una patata pequeña en este momento.
- Corta el brécol en floretes. Por último corta el calabacín y pica un diente de ajo.
- Ve rehogando suavemente.
- Salpimenta
- Añade una pizca de cardamomo y nuez moscada rallada.
- Ahora es el momento de añadir un buen caldo de verduras que las cubra lo justo. Recuerda que la verdura soltará agua.
- Rectifica de sal si es necesario.
- Hierve por espacio de 15-20 minutos.
- Tritura la crema y pasa por un chino si la quieres con una textura extra-suave.
- Añade la salsa de yogur y cebollino.
Elena
Exquisita crema y muy apetecible estos días de frío y lluvia.Gracias de nuevo Silvia por ofrecernos tan buenas recetas.
sol
Que apetecible cuando empieza a refrescar.
Me encantan tus fotos!