Buñuelos de bacalao estilo andaluz

Una receta tan tradicional como unos buñuelos de bacalao estilo andaluz no podía faltar en vísperas de Cuaresma.

Como bien sabéis en Andalucía celebramos mucho Semana Santa y con ella recetas tradicionales de la mano de nuestras abuelas y madres que invaden nuestra cocina estos días.

Los buñuelos son muy típicos en estas fechas y es una receta que no debe de faltar junto a otras dulces como las torrijas o el arroz con leche.

Es una receta que permanece en un rincón de mi memoria y que recupero cada año cuando los preparo.

En definitiva, creo que cocinar es una forma de almacenar recuerdos. Es una forma de recordar a personas que ya no están con sus recetas y es un sincero homenaje a todas ellas al mismo tiempo que disfrutamos en la cocina.

Creo recordar que en mi casa siempre había una fuente de buñuelos en época de Cuaresma.

Asimismo recuerdo que los días previos a Semana Santa el bacalao era uno de los ingredientes más empleados por aquello de la vigilia de los viernes que se respetaba. Sinceramente ahora ya en casa la tradición ha cambiado.

Cuando de buñuelos se trataba no había problema con los más pequeños. Aunque el pescado no nos apeteciera por aquello de las espinas, con el buñuelo ocurría exactamente lo contrario.

Entiendo que la textura blandita por dentro y crujiente por otro lado, además de ese saborcito a ajo que suavizaba el sabor del pescado triunfaba siempre.

Esta historia que cuento de cuando era pequeña sigue funcionando igual de bien a día de hoy. Los niños adoran los buñuelos tanto o más que unas croquetas.

Por supuesto que unos buñuelos de bacalao podríamos hacerlos al horno, pero no sería lo mismo.

Aunque no debemos abusar de fritos unos buñuelos de bacalao bien merecen la pena. Por tanto,  no suponen ningún obstáculo para seguir manteniendo una dieta sana.

Podemos tomarlos a modo de tapa. Incluso, en algunos bares, siguen apareciendo por esta época porque es una receta estacional, aunque también los podemos tomar con una completa ensalada fresca y tendremos un plato principal perfecto.

El bacalao es un pescado blanco y por lo tanto de bajo contenido en grasa – sólo 40 calorías por cada 100 gramos de bacalao salado que además aporta gran cantidad de sodio, que se reduce a la mitad si lo ponemos a remojo.

En definitiva, este bacalao salado una vez desalado puede ser consumido sin problema por aquellas personas con problemas de hipertensión y retención de líquidos.

Es un pescado versátil indiscutible como ingrediente principal de muchas de nuestras recetas más tradicionales.

De este modo puede aparecer en frío, en ensaladas, caliente, al horno o rebozado, como esta receta de buñuelos de hoy.

Como en todo hay a quien no le gusta nada y a quien le encanta.

Si eres de éstos últimos puedes disfrutar de este alimento en cualquier época del año gracias a su conservación en salazón, de hecho en nuestro país casi se consume más así que en fresco.

Los buñuelos de bacalao son un platillo propio de la gastronomía de los países mediterráneos: España, Italia, Portugal y Francia.

Como casi todos sabéis, un buñuelo es una bola frita de una pasta de bacalao desmigado mezclado con otros ingredientes y su preparación varía de un país a otro.

En cualquier caso, resultan una auténtica delicia unos buñuelos caseros, sabrosos, esponjosos por dentro y crujientes por fuera.

Un rico buñuelo resulta siempre perfecto como entrante o aperitivo.

¿Qué te parece un menú compuesto por buñuelos de bacalao y torrijas de leche? Suena bien y además es un menú propio de Cuaresma.

Por ello resulta riquísimo, incluso a quienes no son muy amigos del pescado. La sensación en el paladar es increíble.

Se pueden tomar solos o acompañados con distintas salsas, como mahonesas de ajo o alioli pero a mi me gusta tomarlos con miel de caña, resultan espectaculares.

Además de riquísimos y fáciles de preparar resultan muy económicos y suelen cundir muchísimo.

Una receta perfecta para Semana Santa pero también para disfrutarla el resto del año.

Estas bolas o buñuelos pequeños son jugosas y tiernas. No podrás resistirte a tomar sólo una.

 

Cómo hacer buñuelos de bacalao caseros

Para elaborar unos perfectos buñuelos de bacalao es evidente que podéis usar lomos de bacalao de calidad, aunque lo más típico es aprovechar piezas menos nobles, incluso ya venden bacalao desalado para hacer los típicos buñuelos o croquetas.

Con las cantidades indicadas te darán para hacer unos 25 buñuelos aproximadamente.

De este modo todos podrán probarlos en una comida en familia.

Vamos a la receta que ya es hora.

Recuerda que si el bacalao esta en salazón deberás.

• Los trozos que vayas a desalar sean de igual tamaño por aquello de que tarden lo mismo en desalar
• Limpiar con agua el exceso de sal
• Sobre unas 48 horas en frigorífico (piezas gruesas)
• El agua siempre bien fría
• Si desalas migas de bacalao, perfectas para buñuelos, con unas pocas horas basta
• Si deseas acelerar el proceso: corta el bacalao en trozos más pequeños y cambia el agua más a menudo
• En esto como en casi todo el bacalao debe ser de calidad

Elaboración

Poner a remojo si es el caso dependiendo de la parte, más o menos días.

Si usas el desalado, mucho más cómodo, te ahorrarás el paso anterior.

Retira espinas y piel si las hubiera y desmenuza a tu gusto.

Pica perejil y ajo finamente. Mezcla con el bacalao anterior.

Separa yemas de claras y móntalas a punto de nieve. Reserva.

Bate las yemas con suavidad.

Añade las yemas y el agua al bacalao.

Mezcla la harina tamizada con la levadura química y añádelo a todo lo anterior.

Remueve hasta homogeneizar el conjunto.

Incorpora unas hebras de azafrán y nuez moscada rallada.

Añade una pizca de sal si lo crees necesario (prueba previamente las lascas de bacalao)

Por último añade las claras a punto de nieve suavemente y poco a poco.

Dejamos reposar la masa en el frío así te resultará más fácil formar el buñuelo.

Mientras tanto calienta abundante aceite en un cazo o sartén con fondo.

Para hacer los buñuelos hay varios sistemas: Con dos cucharitas tamaño café, cogiendo pequeñas porciones de masa y depositarlas en el aceite caliente, con una cuchara de helado o con las manos.

Yo he usado las manos, pincelandolas con un hilo de aceite.

Una vez el buñuelo en el aceite, déjalo freír, se dará la vuelta él solo. Déjalos que doren.

Retira a un plato con papel absorbente.

Añade un hilo de miel de caña sobre los buñuelos..

Sírvelos de inmediato.