Una buena receta de salsa de tomate casera, como la de hoy merece un post en mi blog y enseguida te explico el porqué.
Porqué no me negarás que una buena salsa de tomate casera gusta a casi todo el mundo. Desde el más pequeño al abuelo, todos se apuntan a mojar, untar, acompañar o saborear una delicia como esta.
Aparte, claro está de que con unos pocos ingredientes, muy sencillos y algo de tiempo la tienes hecha en un abrir y cerrar de ojos.
Para ello hay que aprovechar que el tomate empieza a estar en su mejor momento. Pese a que sé que somos muchos los que pensamos que es difícil encontrar un buen tomate. Lo es, ciertamente, pero no imposible si evitas las grandes superficies o supermercados.
En estos sitios, los tomates suelen ser estéticamente preciosos, de libro o de foto, pero ni huelen y por supuesto no saben a buen tomate.
En general cuando elaboro esta receta de salsa de tomate suelo acercarme a tiendas pequeñas de fruta y verdura o mercadillos de modestos agricultores locales.
Suelen ser ese tipo de verdulerías donde tomates pequeños y grandes conviven en armonía, en caja, feuchos, nada perfectos pero sabrosos sobre todo si estamos ya casi en verano.
A muy buen precio casi siempre y más si compras cantidad, porque ya que te pones a hacer salsa de tomate haz suficiente para tener congelada sin problema.
Aunque con esta receta de salsa de tomate casera, no se qué ocurre que nunca hay suficiente. Será que en casa la utilizamos para casi todo. ¡Es tan deliciosa!
En casa las recetas con tomate nos encantan por ello te sugiero una receta de confitura de tomate, si te gustan los sabores más dulces o una sencilla receta de tomates cherries confitados llenos de sabor.
Esta salsa casera de tomate suele ser la base para muchas de mis recetas o el acompañamiento ideal de una buena pasta casera.
Preparar tu propia salsa de tomate, es tan sencilla que cuando la pruebes ya no querrás acudir al bote del super.
Una gran salsa de tomate es una receta básica, un comodín que podrás emplear en muchas elaboraciones más.
Decídete, ya nada será lo mismo porque el resto de salsas no te convencerá y a los tuyos tampoco.
Es una salsa que puedes elaborar a tu medida como he hecho yo hoy y que es la que más me gusta porque tiene un toque de pimentón de la Vera que le da profundidad y el frescor de la albahaca que es imprescindible en esta salsa de tomate.
Es cierto, que no es una receta que sea rápida, pero merece la pena invertir una hora de tu tiempo, con un chup-chup a fuego lento para disfrutarla de mil formas.
Siempre podrás dejarla cocer, reducir a fuego suave y hacer otra cosa mientras ya que no precisa una atención constante.
Es una receta, que últimamente ha caído en el olvido precisamente por falta de tiempo.
Olvídate de que te da pereza y anímate a disfrutar de lo lindo con esta rica salsa.
Ya verás como en muy poco tiempo obtendrás una deliciosa salsa de tomate casera que podrás tomar con unos huevos al plato, pasta, base para pizza, con unos huevos fritos, berenjenas en parmiggiana; creo que no voy a seguir porque hasta con un sencillo trozo de pan está divina.
Cómo hacer salsa de tomate casera
Lava bien y quita la piel al tomate.
Para ello en una olla dispón agua bien caliente y sumérgelos durante 30-40 segundos, haciéndoles una incisión por la base del tomate, es decir, el lado opuesto al pedúnculo. Se pelarán fácilmente.
Pela y trocea los tomates groseramente y reserva.
Corta y pica una o dos cebollas dulces medianas.
En una cazuela amplia y profunda pon aceite de oliva a fuego medio- bajo. Echa la cebolla y sofríe lentamente que vaya cogiendo colorcito dorado sin quemarse.
Añade el tomate troceado y deja a fuego lento, removiendo de vez en cuando.
Agrega una cucharada de pimentón de la Vera, ese toque ahumado le irá genial, sal, pimienta y una lata o bote de sofrito de tomate, que ayudará a la cocción del tomate fresco junto con un poco de agua que añadirás a la lata para aprovechar el sobrante.
Durante 50 minutos o casi una hora y cuarto cuece tu salsa de tomate hasta que reduzca bastante y quede muy espesa.
En este momento rectifica la sal, si es necesario y añade unas hojas de albahaca fresca.
Remueve el conjunto y aparta del fuego.
Deja reposar hasta que entibie.
Es lo que tiene un buen tomate en verano, que además de tener propiedades nutricionales varias, puede ser el ingrediente estrella en multitud de recetas veraniegas, tanto en crudo como cocinado.
Al ser un fruto, el tomate puede formar parte de nuestra recomendación de comer 5 piezas entre fruta y verduras, cocinadas o en fresco. Así de versátil es éste recomendable fruto.
Seguro que ya te he convencido para que salgas corriendo a por un kilo de buen tomate y prepares este fin de semana esta rica salsa que te va a acompañar durante toda la semana.
Sólo abrir el tarro y a disfrutar.
- 1 kg. de tomate pera o rama (Puede mezclar distintos tipos)
- 2 cebollas dulces medianas
- Sal
- Pimienta negra
- 1 cucharada de pimentón Vera dulce
- 1 bote o lata de sofrito de tomate
- ½ lata de agua
- Albahaca fresca
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Lava y quita la piel al tomate.
- Para quitar la piel pon agua a hervir en una olla. Haz una incisión en la base del tomate. Sumerge los tomates durante 30-40 segundos. La piel saldrá fácilmente.
- Trocea el tomate groseramente.
- Aparte pela y pica la cebolla en trozos pequeños.
- Pon aceite de oliva en una cazuela ancha y profunda (evitaras que el tomate te salpique al borbotar) y echa la cebolla.
- Sofríe a fuego medio- bajo hasta que dore y se vea transparente.
- Añade el tomate troceado y remueve despacio.
- Agrega la cucharada de pimentón Vera.
- Incorpora la pimienta negra y un bote o lata de sofrito de tomate. Aprovecha el resto para añadir agua e incorporarlo también a la cazuela.
- Remueve de vez en cuando y mantén el fuego bajo, que se haga lentamente.
- Debe reducir al máximo, todo el agua quedando una consistencia espesa.
- Transcurridos 50- 60 minutos de cocción añadir unas hojas de albahaca fresca y dejar reposar.
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