Llevo pollo al chilindrón casero desde que era una niña y últimamente ni siquiera me acordaba que en casa nos gustaba mucho.
Por casualidad hace unos días encontré unas fotos antiguas y al recordar los momentos vividos que reflejaban me dí cuenta de que era una de mis comidas favoritas de Domingo.
Por un momento recordé las mañanas al sol en el zoo con mi abuelo o mis padres y la vuelta a casa donde nos esperaba por supuesto un guiso de pollo riquísimo, a veces, con almendras; otras pepitoria de mi abuela o al chilindrón de mi madre.
En muchas ocasiones era éste pollo al chilindrón casero.
Una comida familiar sencilla para luego llegar pronto al cine con el abuelo.
El día era redondo en todos los sentidos; salidas, pocas obligaciones y una comida casera a la que ninguno se resistía ni siquiera los mayores.
Se trata como hoy de una receta de siempre, que está para chuparse los dedos y que no debe ni puede faltar de ningún recetario, y menos del mío.
Por otra parte, es una receta sencilla que gusta y que está presente en nuestras mesas desde hace ya muchos años, es un clásico junto al pollo en pepitoria, que tengo aún pendiente porque es otro de mis favoritos.
En general el pollo es ideal en nuestra dieta y también para nuestro bolsillo.
Para nuestra dieta por ser una carne magra sin apenas grasa y la que tiene se puede localizar con facilidad para así poder retirarla, si lo deseas.
Nos aporta proteína, es una carne baja en colesterol y de muy fácil digestión. ¡Está delicioso!
El chilindrón es una salsa elaborada con pimientos, rojo y verde, cebolla, tomate y jamón, aunque no siempre.
Tradicionalmente esta preparación se elaboraba a partir de carne de ave en particular aunque también a cordero y conejo.
Aunque es una receta originaria aragonesa parece que otras comunidades se disputan su autoría como Navarra y Rioja.
En definitiva, la salsa chilindrón es tan extraordinaria que el tradicional pollo al chilindrón es hoy un plato popular y emblemático de la gastronomía española.
La base de la receta es una salsa a base de cebolla, ajo, tomate, pimiento rojo y verde acompañados de trozos de jamón que le dan un sabor muy especial y único.
Me resulta fácil preparar este plato porque se lo vi hacer mil veces a mi madre ¡ Y pensar que hacía tanto que no lo hacía! Su sofrito es realmente sencillo y familiar.
Como ya te comenté puedes usar carnes tiernas de pollo, gallina o incluso pavo pero también cordero.
En esta ocasión mi pollo al chilindrón está hecho con pollo de corral, su sabor es mucho más intenso, su carne más firme y tiene menos grasa.
Simplemente tendrás que aumentar un poco el tiempo de cocción si te decides por esta opción, que sin duda merece la pena.
Pero sin lugar a dudas lo mejor es esa salsa. Es difícil resistirse a mojar algo de pan en ella.
Estos platos no engordan sólo la cantidad de pan que dediques al moje.
Pollo al chilindrón receta tradicional
Esta receta tan tradicional la hago desde el recuerdo de ver a mi madre prepararla mil veces.
Primero, pon aceite en el fondo de una cazuela y añade unos ajos para darle sabor al aceite. Retira.
Segundo, trocea el pollo o mejor aún pide al carnicero que lo haga él mismo sobre todo si se trata de un pollo de corral.
Salpimenta y dora en la misma cazuela con el aceite junto a una punta de jamón.
Agrega pimientos en tiras verdes y rojos, ajos machacados así te resultará más fácil sacarlos y la cebolla.
Rehoga todo dejando que vaya cogiendo color.
Incorpora finalmente el tomate pelado y cortado finamente o rallado. Mantén el fuego medio-alto dejando sofreír.
Agrega el vino blanco, deja cocinar a fuego suave hasta que desaparezca el vino y la salsa quede melosa.
Mantén 35-40 minutos si es pollo de corral o hasta que esté hecho.
Por lo que respecta al acompañamiento del pollo al chilindrón casero parece que el clásico de patatas fritas triunfa en cualquier casa.
Un buen montón de patatas que podáis regar con la salsa y un buen pan para rebañar el plato.
Aunque también podéis servirlo con una ensalada fresca o un arroz hervido para ligarlo con el guiso, un buen puré de patata casero.
En mi caso he optado por una sencilla ensalada de canónigos fresca que acompaña muy bien el sabor rotundo del pollo de corral.
Sin duda, cada uno puede aportar una guarnición distinta y exquisita.
Sólo tienes que animarte y probarlo porque es un absoluto manjar.
- 1 pollo de corral (opcional)
- 1 cebolla grande
- 2-3 ajos
- 50 ml. aceite oliva virgen
- 150 ml. vino blanco
- Sal
- 3-4 tomates pelados y rallados
- 1 hoja de laurel
- 2 Pimientos rojos
- 2 pimientos verdes
- Jamón (punta o loncha)
- Romero fresco
- Pimienta negro molida
- Primero, pon aceite en el fondo de una cazuela, y añade unos ajos para darle sabor al aceite. Retira.
- Segundo, trocea el pollo, o mejor aún pide al carnicero que lo haga él mismo, sobre todo si se trata de un pollo de corral.
- Salpimenta y dora en la misma cazuela con el aceite junto a una punta de jamón (opcional)
- Agrega pimientos en tiras verdes y rojos, ajos machacados y la cebolla.
- Rehoga todo dejando que vaya cogiendo color.
- Incorpora finalmente el tomate, pelado y cortado finamente o rallado. Mantén el fuego medio-alto dejando sofreír.
- Agrega el vino blanco, deja cocinar a fuego suave hasta que desaparezca el vino y la salsa quede melosa.
- Mantén 35-40 minutos si es pollo de corral o hasta que esté hecho.
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