Muchos somos los aficionados a no renunciar a una buena ensalada, aún en Navidad, por eso quizá mi opción es esta Ensalada César, porque bien vale saborearla.
Es uno de esos entrantes o primeros platos que no faltan en mi mesa en fiestas. No sé si será su simplicidad pero su sabor también me entusiasma.
Como en todo puedes comenzar desde la receta más auténtica y simple, donde la protagonista es la salsa, el secreto maravilloso de esta ensalada; o todo lo contrario, ir añadiendo ingredientes como pollo rebozado o plancha, unos langostinos que nunca faltan en estas fiestas, anchoas.
Todos estos ingredientes se han ido añadiendo mucho después aunque resulta igualmente deliciosa.
En definitiva, esta receta de ensalada césar, admite varias opciones, más actuales. Aquí déjate guiar por tu gusto e intuición, aunque yo aquí te presente mi versión de una de las recetas de ensaladas básicas más conocida.
Como cualquier otra creación culinaria, la ensalada César, nacida en el pasado siglo, tiene una curiosa historia tras de sí que merece que te cuente.
Aunque aquí lo importante sea la receta, no está de más saber que es una receta mexicana. Fue creación de un cocinero inmigrante italiano, Cardini, trabajador de un restaurante en Tijuana.
Según cuentan, el italiano improvisó la receta, ya que se había quedado sin ingredientes para cocinar lo que le pedían. Esta ensalada César con ingredientes básicos fue el resultado de su inspiración.
Poco a poco la receta llegó a todo México, a Estados Unidos y de ahí a Europa, dicen que de la mano de los duques de Windsor adaptándose a otros gustos y paladares así como otros ingredientes y diferentes presentaciones.
Como te comentaba comenzar una buena comida con un buen bol de ensalada es algo que me encanta. Me gusta tomarlas porque estoy muy acostumbrada, ya sea en el almuerzo o en la cena y ahora en Navidad no renuncia a tomarlas.
De entre mis favoritas, sin duda esta auténtica ensalada César, un clásico en mi casa, por el sabor de su salsa y lo rapidísima que es de hacer, no hay que olvidarlo.
En tan sencilla y sabrosa que una vez que pruebas a hacerla en casa, ya te has perdido, nunca vuelves al supermercado a comprar salsa envasada, te lo aseguro.
La salsa César, deliciosa, intensa, rotunda y con infinidad de matices hacen que unas simples hojas de lechuga y los cuscurros de pan, -croûtons- sean un entrante extraordinario.
La receta original no contenía anchoas y el ligero sabor a anchoas procedía de la salsa Worcestershire, pero a mí me gusta añadirlas a la salsa porque le da una potencia de sabor riquísima.
Por otra parte, esta salsa, en sí misma, puedes emplearla en otras recetas si te sobra o hacerla expresamente para otras recetas porque resulta buenísima. Podemos añadirla a unos socorridos sandwiches, junto a pollo a la plancha.
Suelen ser un bocado exquisito a cualquier hora del día. Asimismo, esta salsa César es excelente cuando se acompaña de verdura o pescado.
Es que, duda cabe una receta muy sencilla, por ello la calidad y frescura de sus ingredientes es muy importante. Sobre todo el pan, los crutons, mejor caseros y mejor al horno que fritos.
La lechuga debe ser de la variedad romana, a ser posible en hoja entera. Esta variedad de lechuga es mucho más crujiente y aguanta más tiempo sin ablandarse con la salsa.
Si añades anchoas, modera la cantidad de sal, ya sabes la potencia de sabor que tienen.
La salsa puedes hacerla en batidora sin problema. Aunque si dispones de tiempo, emplea un mortero, la textura es increíble.
Seguro que en estas fiestas te animas con alguna ensalada por aquello de desengrasar algún que otro plato más copioso y las ensaladas son perfectas.
Por ello te recomiendo siempre una ensalada, esta es ideal pero también te recomiendo una ensalada de pollo y pera especialísima, así como la ensalada de col y manzana, ambas con frutas, que aligeran nuestros menús navideños.
Receta clásica de ensalada César
Como antes apuntaba la ensalada originaria no parece llevar anchoas aunque si es verdad que la versión que conocemos, la más popular las incorpora.
A mí me gusta incorporarlas porque le da unos matices intensos a la salsa y porque me gustan las anchoas.
En cuanto a ti, como en todo, eres libre de adaptarla a tus propios gustos o a lo que haya en tu despensa.
Primero, lava la lechuga. Reserva con papel de cocina húmedo por encima para que siga muy fresca.
Segundo, corta unas rebanadas de pan del día anterior y éstas en dados. Rasca el pan con ajo y ponlo en una bandeja de horno. Rocía con un poco de aceite de oliva, añade un pellizco de sal y alguna especia si quieres. Hornea a 180º durante 5-10 minutos o hasta dorar con calor arriba y abajo. Reserva.
Puedes freír el pan también pero la receta será menos saludable.
Corta y lleva a un mortero 3 anchoas hasta conseguir una pasta.
Aparte, escalda un ajo durante 20 segundos. Sumerge inmediatamente en agua para cortar la cocción y reserva.
Agrega al mortero el ajo, sal, yema de huevo, mostaza, salsa Worcester o Perrins, zumo de limón y la pizca de pimienta.
Mezcla todo bien y liga el conjunto por completo.
A continuación ve añadiendo el aceite de oliva suave o girasol (opcional) a hilo mientras sigues removiendo en el mortero, como si se tratase de mayonesa.
Te quedará una emulsión en forma de cremosa salsa, que sólo te llevará unos minutos.
Añade queso parmesano rallado que le aporta todo su sabor y textura a tu ensalada.
Finaliza con los crutons de pan bien tostaditos y por último aliña con la salsa.
Sin palabras, para una receta tan sencilla y que tanto juego da en la cocina ya sea en forma de ensalada o simplemente para acompañamiento de otros platos.
No hay motivo para dejar de comer ensaladas en plenas fiestas. Tan sólo anímate con alguna diferente. Una vez que la pruebas no deja de formar parte de tus recetas, aunque sea en Navidad.
Realmente la receta original es ésta, y aunque se presenta en su versión con pollo y bacon, huevo cocido ya no sería la misma.
Que disfrutes de esta deliciosa ensalada y que no dejes de preparar desde ahora una salsa César super casera. Es incomparable.
- 1 diente de ajo
- Lechuga romana (1)
- 1 yema de huevo
- 80 grs. de parmesano rallado (un poco más para espolvorear)
- 80 ml. aceite oliva suave o girasol (opcional)
- Cuchara pequeña de salsa Worcester (1)
- Cucharada de zumo limón (1)
- 5 ml. de vinagre de manzana
- Pizca de sal (rectificar cuando sea preciso)
- Cucharadita de pimienta recién molida (1)
- 3 cucharadas de agua
- Para los croûtons:
- 6 rebanadas de pan
- 1 diente de ajo (frotar el pan)
- Aceite de oliva virgen extra
- Primero, lava la lechuga. Reserva con papel de cocina húmedo por encima para que siga muy fresca.
- Segundo, corta unas rebanadas de pan del día anterior y éstas en dados. Rasca el pan con ajo y ponlo en una bandeja de horno. Rocía con un poco de aceite de oliva, añade un pellizco de sal y alguna especia si quieres.
- Hornea a 180º durante 5-10 minutos o hasta dorar, calor arriba y abajo. Reserva.
- Puedes freír el pan también pero la receta será menos saludable.
- Corta y lleva a un mortero 3 anchoas hasta conseguir una pasta.
- Aparte, escalda un ajo durante 20 segundos. Sumerge inmediatamente en agua para cortar la cocción y reserva.
- Agrega al mortero el ajo, sal, yema de huevo, mostaza, salsa Worcester o Perrins, zumo de limón y la pizca de pimienta.
- Mezcla todo bien y liga el conjunto por completo,
- A continuación ve añadiendo el aceite de oliva suave o girasol (opcional) a hilo mientras sigues removiendo en el mortero como si se tratase de mayonesa.
- Te quedará una emulsión en forma de cremosa salsa, que sólo te llevará unos minutos. Si es preciso añade las cucharadas de agua.
- Añade queso parmesano rallado que le aporta todo su sabor y textura a tu ensalada.
- Finaliza con los crutons de pan bien tostaditos y por último aliña con la salsa.
- Sin palabras, para una receta tan sencilla y que tanto juego da en la cocina ya sea en forma de ensalada o simplemente para acompañamiento de otros platos.
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